martes, 2 de septiembre de 2008

Proyecto Misión Esperanza, una misión para la vida


Como una colmena que nunca duerme, vive esta admirable familia venezolana que no cesa en su lucha hasta llegar a la aprobación de la que ellos denominaron, “Misión Esperanza”. Este proyecto surge como una alternativa viable para mantener el cáncer silencioso, padecido por alrededor de cuatro millones de venezolanos y que además es la sexta causa de muerte en el país y la cuarta en el mundo, denominada diabetes.

Como bien es conocido, las personas diabéticas son dependientes de la insulina y medicamentos que le regulan la cantidad de azúcar en la sangre, esto sólo mantiene al margen la enfermedad pero no ataca el problema de raíz.

Las enormes expectativas de que las células madres, conseguirán la cura para la diabetes se han encontrado con un grado considerable de reciprocidad, especialmente por parte de la comunidad diabética. La parte de la diabetes relativa a la hiperglucemia es conceptualmente simple, debido a que no hay suficientes células beta en personas con diabetes tipo 1, se da una depleción casi total de las células beta causada por una reacción autoinmune.

Muchos estudios importantes narran, que la hiperglucemia es la causa de las complicaciones visuales, renales y nerviosas de la diabetes tan temidas por las personas con la afección. Es importante resaltar, que si se implementa a tiempo la abundancia de las células madre, prevendrá o reducirá el progreso de dichas complicaciones.

Este procedimiento surge, como parte de un programa nacional en la Universidad de Shandong desde el año 2006, pero la técnica verdaderamente florece en Argentina por parte del doctor Roberto Fernández Viña en el año 1999, con un sesenta por ciento de éxito debido a que en muchos pacientes se ha manifestado el abandono total de la insulina y la pastilla, los cuales son los tratamientos para la fase I y II de la enfermedad.

El tratamiento consiste en extraer células madre de la médula ósea del mismo paciente, separarlas de glóbulos blancos y rojos de cualquier componente que pueda encontrarse en el líquido medular. Estas a su vez, se inyectan de manera selectiva a través de la ingle, en una arteria que va directo al páncreas, es decir; este procedimiento es una medicina regenerativa. La operación se hace con el paciente totalmente despierto, consciente de lo que está ocurriendo, con una duración de dos horas y al día siguiente ya es dado de alta pero siempre manteniendo un control.

Misión para la vida

El profesor Arenas, abogado, periodista, coordinador de postgrado de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (UNEFA), y actualmente oficial asimilado de la reserva, expresa: “Comencé una ardua búsqueda de opciones posibles para mi esposa, porque no aceptaba que estuviera condenada a una diálisis, actualmente tenemos una hija de 11 meses, y de acuerdo a los médicos ella no debía nacer por la condición diabética de mi esposa, quien tiene nefropatía diabética (daños en los riñones y los ojos), la cual la condenaba si tenía a la niña a una máquina (diálisis) por el resto de su vida”.
Sin embargo, hoy día y gracias al implante de células madre, la hija de la pareja goza de una perfecta salud y vida como cualquier niño de su edad.

Es de este modo, como surge la idea de “Misión Esperanza” como proyecto gubernamental, sin ningún costo significativo en comparación de los beneficios que tendrán quienes no tienen los recursos y viven atados a esta delicada enfermedad. Cabe decir, que este tipo de implantes aún no se realizan en Venezuela, sino solo en Argentina, y de llegar a aprobarse la mencionada misión todos los pacientes aptos para la intervención podrán gozar de la misma.

El profesor Arenas junto con su esposa Jennifer Brauneis, se les ocurrió que Venezuela es merecedor de este tipo de implantes y en apoyo al proceso, dispuestos a ayudar en el aspecto logístico del plan, dan información, dictan talleres y están prestos a ofrecer la investigación necesaria a médicos venezolanos, así como también, a todas aquellas personas que lo requieran. “Nunca imagine tener tanta receptividad por parte del gobierno”, expresa Jennifer.

Es importante saber, que esta operación no es solo contra la lucha de la diabetes, sino además, se pueden tratar casos de leucemia, males cardíacos, cirrosis hepática y parálisis pulmonar crónica.

En tal sentido, la familia Arenas no hace este esfuerzo sólo por Jennifer, por el contrario tiene como cometido plantear que la Misión Esperanza, se convierta en una solución alterna para todos aquellos afectados por la diabetes, y que tal vez, en un futuro pueda actuar como la Misión Milagro, expandiendo sus beneficios por toda Latinoamérica.









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